Cualquier empresa busca destacar sobre el resto. Conquistar al consumidor no es tarea fácil y para conseguirlo tienes que ofrecerle algo novedoso, pero también atractivo.
Por esta razón, se deben resaltar aquellos valores y atributos que identifiquen a tu empresa de manera favorable y aporten un beneficio. Esto te ayudará a conectar mejor con tu público y a no tener que competir por precio, puesto que tus clientes acudirán a ti por lo que ofreces y la manera de hacerlo.
Lo primero de todo, hay que tener claro cómo es nuestra empresa, cómo somos y cuáles son los valores que nos identifican. Tenemos que aprender a ser específicos, tangibles, proactivos, fijarnos metas y medir los resultados para ser competitivos.
Ser específicos
Debemos definir las áreas que componen la rueda de la vida: familia, trabajo, salud, formación, ocio y ética para poder establecer cuáles son las prioridades reales de nuestra rueda y poder así gestionar nuestro tiempo de manera eficaz.
Ser tangibles
La falta de resultados para alcanzar nuestros objetivos y saber conectar las acciones cotidianas con nuestro objetivo final muestra que por defecto somos intangibles. Para diferenciar la compañía, debemos ser tangibles.
Ser proactivos
No podemos estancarnos si queremos crecer y madurar. Para ello, es imprescindible hacer y pasar a la acción, mantener una mente abierta a nuevas ideas, nuevos cambios y proyectos.
Fijar metas
El planteamiento intangible y genérico es lo que provoca que los proyectos se dilaten, nos parezcan inasumibles y no seamos capaces de abordarlos perdiendo competitividad. Si no fijamos metas, vamos a la deriva como un barco sin rumbo.
Medir resultados
Medir nos permite tomar decisiones que mejoran los resultados e implantar las acciones que nos ayuden a crecer y avanzar hacia el cumplimiento de nuestras metas.