Conseguir que un posible comprador adquiera algo en tu negocio es complicado. Pero es mucho más difícil que lo haga de forma reiterada convirtiéndote así en su asesor tecnológico. En el entorno tecnológico todas estas tareas se ven todavías más complejas ya que cada vez hay más opciones atractivas.
Una de las técnicas de fidelización más clásicas es conocer a los clientes en base a los datos que este proporciona. Tener en cuenta su edad, su comportamiento y sus gustos es clave a la hora de adecuar el mensaje que le quieres transmitir. Pero existe otra cuestión muy importante, y que pasa desapercibida en la mayor parte de los casos: el tiempo.
¿Cuántas veces has incumplido el plazo de un proyecto? ¿Cuántas veces has tardado más de lo debido en atender las peticiones de un cliente? Seguramente más de una. Y aunque para el vendedor el tiempo sea fugaz y corto, el cliente lo percibe conmpletamente al revés. El tiempo para él se hace eterno cuando se trata de una entrega o recibir atención por parte de la empresa.
Si estamos hablando de los tiempos en un establecimiento físico, no puedes olvidarte de estos espacios muertos en los que un cliente debe esperar a ser atendido. Ya sea para resolver una duda, incidencia o ser cobrado, el tiempo perdido en estas acciones te puede hacer perder clientes sin mucha dificultad.
La tecnología te puede ayudar a ser más eficiente, productivo y finalmente, evitar que el tiempo juegue en tu contra a la hora de fidelizar. El compromiso con el tiempo debe ser una máxima en tu negocio. Un secreto que muchos clientes gritan a voces pero que si no cumples estarás lejos de esa ansiada fidelización